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¿Qué es la "responsabilidad afectiva"? ¿Somos "culpables de las cosas"? ¿Cuánto influye en mi familia?

El término "responsabilidad afectiva" no es más que tener muy presente en todo momento las "acciones propias, teniendo en cuenta las consecuencias en el/la otrx, pensando en todo momento en el bienestar de la pareja, el/la amigx o familiar antes de tomar una decisión que pueda afectarlxs." 




Se trata de tener muy en cuenta que toda "acción tiene una reacción" y uno debe hacerse cargo de ellas no como si fuese un gran peso en la espalda, sino con el sentido de respeto y asertividad que la ocasión requiere. En este sentido, implica que si unx de nosotrxs tiene cierta relación afectiva con una o varias personas, todo acto que realice, tanto bueno como malo, positivo o negativo, intencionado o no, va a tener una consecuencia en esa o en esas personas. Si tuviéramos que localizarlo en algún punto de nuestro aprendizaje, tendría más que ver con la empatía que con culpabilidad, aunque los términos tiendan a confundirse.

La responsabilidad afectiva se puede construir gracias a los errores. Por ello, es una tarea que cada unx de nosotrxs tenemos de manera individual para que lleguemos al punto en el que no seamos los causantes de serios problemas psicológicos, sino productores de sentimientos y emociones en segundas o terceras personas, sin ser "culpables" de las mismas, sino actuar con responsabilidad y ser asertivo ante la situación que hemos originado.

El concepto de responsabilidad afectiva no es algo sencillo. Pero en términos generales podemos acordar algo: ser responsable es muy distinto a ser culpable. Que alguien sea responsable no le/la hace el culpable o el/la causante. La responsabilidad nos permite asumirnos como sujetos activos y no meros objetos del arbitrio y del poder que nosotrxs mismxs le damos al otro o a la otra. Tanto es así, nos hemos acostumbrado a pasarnos el día punteando a personas bajo el pretexto necio de la "culpabilidad" olvidándonos que todxs nosotrxs tenemos la capacidad de comunicarnos y expresarnos en cuanto en tanto nos situamos ante una situación que no es "de nuestro agrado". 

Dejar de considerar que las personas son todxs "culpables" de como nos sentimos en todo momento, dejar de lado esos egos, rabias inexplicables y afán de conflicto de lado para pasar a considerar que toda persona que desarrolle un vinculo afectivo contigo puede ser "responsable de que te sientas mal" en algún momento puntual, pero nunca culpable.

¿Qué pasa si soy culpable de una mala acción? Ser culpable por lo general tiene una connotación negativa y debemos intentar evitar este termino, tanto sentirnos así, como hacer sentir así a alguien. Ser culpable suele ir ligado a una fustigación que muchas veces es innecesaria. Sin embargo, hay ocasiones en las que las personas hacemos las cosas mal, podemos "hacer el mal" o equivocarnos a consciencia, cometer riesgos que acaban en una situación peligrosa o en definitiva, obrar mal. Ahí somos culpables. Y como culpables, debemos abrir un proceso interno de reflexión donde deberemos saber si es eso lo que esperamos de nuestro 'porvenir', las consecuencias de nuestros actos, pero sobre todo, si a causa de ello generamos paz mental. Todo esto, con el menos fustigamiento posible.

Bien distinto es ser responsable afectivo. ¿Qué pasa si soy responsable afectivo de una situación incómoda o de que alguien se encuentre mal?. Debemos entender que no vivimos solxs en el planeta, que vivimos en sociedad, que debemos sociabilizar y que no todo gira en torno a ti. No somos responsables de como se debe sentir la gente a nuestro alrededor, cada cual elige cómo sentirse, cómo y cuánto puede herirse alguien, pero ante todo, debemos ser consecuentes con nuestras acciones y comentarios. Y si, hay veces que obramos, decimos o actuamos mal, y eso hiere a las personas. Sin embargo, a diferencia que en la 'culpabilidad', el 'responsable afectivo' tiene un vinculo con esa persona, busca un mutuo bienestar, por lo que pre-asumimos que eso que has dicho o hecho surge desde el desconocimiento y el 'descuid'. El famoso "fue sin querer". El emisor no tiene la culpa, no lo ha hecho a posta, e incluso así, el receptor se siente dañado. Es entonces cuando entramos en la verdadera pandemia del siglo XXI que es la comunicación.

Una persona es "responsable afectiva" de haber causado "sin querer" (por darle una terminología) a alguien unos sentimientos malos o negativos (como pueden ser tristeza, soledad o desolación), por lo que esta deberá mediante la empatía, el respeto, la honestidad y la comunicación, avalar que su intención nunca fue "herir", y dialogar y pactar sobre lo sucedido en vistas a un futuro, pues damos por hecho que el vinculo afectivo continuará. La persona afectada no puede señalarte jamás como culpable, y tras ese periodo de "diálogo" en el que no pueden existir "peros" ,"comas", ni comparaciones ni luchas de egos, si la parte afectada sigue sintiéndose mal, será su plena decisión. En conclusión, puedes ser responsable "inconscientemente" del daño de alguien, y por lo tanto debes disculparte y llegar a un consenso mediante la comunicación de forma asertiva. Si has hecho todo esto bien, has dejado claro que no fue tu intención, que entiendes el punto de vista del/la otrx, e intentarás obrar mejor la próxima vez, la persona se sigue sintiendo mal, es "su problema". Tu te has disculpado de forma concisa, objetiva y correcta. Ojo, a menudo hemos observado como personas que son responsables de hacer sentir mal a alguien, repetimos, de forma inconsciente, sin ser culpables directos, se limitan a aceptar que la otra persona se siente así "porque si", y como todo ha sido "sin querer", no tienen ni voz ni voto sobre como se siente la otra persona. Esto es un pensamiento erróneo y que denota cierto egoísmo y falta de consideración, las partes en estos casos deben fomentar la comunicación y entender que "pedir disculpas no está mal" y que como buena relación afectiva que desarrollan, lo importante es ver al otro como aliadx y nunca como enemigx. Es decir, simplemente buscar el bienestar mutuo y constante, respetando opiniones, y aprendiendo a escuchar e interiorizar ideas. 

Esta asertividad, la de saber expresarte y saber escuchar, la de llegar a consensos, a mitades justas, los procesos empáticos, el diálogo y la comunicación, unido a una reforma del concepto "culpabilidad/responsabilidad" sobre los sentimientos de unx, es lo que te hará reforzar cualquier tipo de relación, sea cual sea la naturaleza de la misma. Te dejamos antes de irte este artículo sobre la fatiga o agotamiento emocional que tiene mucho que ver con esto y seguro te puede llegar a interesar. 

¡Sean felices!

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