El amor es una de esas emociones que todxs queremos sentir continuamente. El amor no solamente habla de estar "en pareja", podemos sentir amor por el arte, los animales, tus amigxs o ese imán de la cabina de teléfono roja que te compraste de vacaciones en Londres.
No importa, es una emoción básica, innata, y nos ayuda a crecer, establecer vínculos con otras personas, recordar, avanzar, entre otras muchas cosas.
Pese a esto, el desarrollo de la historia, así como ciertos patrones culturales o sociales, unido una educación 'inmóvil' e influyente, han instaurado en nosotrxs un concepto del "amor" distorsionado y que numerosos expertos han catalogado como "mitos del amor romántico".
Esta emoción no es mala, lo malo es la concepción que hemos creado de ella. Así, el amor es sano cuando creamos una zona de seguridad en torno a ella, sin invasiones, donde percibimos que el/la otrx simplemente se encarga de darnos un pequeño empujón en nuestro desarrollo, equilibrando principios y desarrollando una mutua admiración y valor.
Es gracias a esto que abrimos las puertas de "nuestro mundo", para que "pasen a verlo" y vivir ambos por el tiempo que tenga que ser esa experiencia, sin alterar, ni tener intención de; compartiendo gustos, aficiones, comportamientos o pensamientos. Solo así, conseguirán crecer. Uno al lado del otro, sin invadir ese 'espacio vital'.
Sin embargo nuestra sociedad, sobre todo influenciado por la cultura occidental, mezclado con otros factores como son la historia, la educación o la religión, han ido fragmentando y moldeando estos principios a su gusto, consiguiendo cada día una sociedad más dispar, dividida y con una palabra que está de moda: tóxica. A menudo, lo que vemos a nuestro alrededor, lo que hemos visto "toda la vida" o "lo que sale en los libros" no son sinónimo de coherencia. Que vengan de 'la mayoría' no significa que sean las ideas más sanas o las que mejor funcionan, por lo que tendemos a opinar que el que "la mayoría" lo aplique es "lo correcto" y nos unimos a esas ideas casi de forma inconsciente; es ahí donde entran en juego "los mitos del amor romántico".
El amor es de esas emociones que con el paso de generación en generación, va dejando variaciones que no tienen por qué ser sanas emocionalmente o necesarias. Sin embargo, en ese "poder de variación" es donde nosotrxs como personas individuales influimos y tenemos potestad de cambio. Este lastre temporal, así como los problemas derivado de él nos suelen llevar a una "terapia personal" de introspección donde a menudo analizamos nuestras creencias y deseos de nuestro día a día; lo que viene siendo, nuestra realidad.
Nuestras creencias "pasionales" y "románticas" nos acaban haciendo mucho daño, por lo que deberíamos sentirnos avergonzados de haber dañado un término tan sano, preciado y bonito como es el amor. Si una emoción conlleva una carga consigo desproporcionada y que nos hace sentir en altibajos constantes, no es sana. Y si no es sano, no lo será para ambas partes.
Tu problema no es tu pareja ni lo eres tú, son las características que les habéis dado al término "pareja", moldeándolo al gusto de la historia, la sociedad y dándole a esto una veracidad perturbadora. Pero no te culpamos. Tendemos a pesar que cuanto más pasional es una relación, más feliz será y no es cierto. Tú ya eres feliz o debes de serlo. Entender que estos "mitos" no son reales y no están bien, nos ayudará a todxs a erradicarlos y a blindar nuestra relación con equilibrio y seguridad. Hemos clasificado estos mitos, en 5 "pilares fundamentales".
1. Los celos
Asociamos sentir celos con que nos importe una persona y con quererla o que nos quieran. Los celos no son sinónimo de amor. El respeto a la libertad y la confianza sí lo son.
2. La media naranja
No somos la mitad de nada ni nadie, no estamos incompletos/as, somos un todo perfecto.
3. La exclusividad
A lo largo de nuestra vida vamos a conocer a muchas personas y es absolutamente normal que nos sintamos atraídos por otras personas que no sean nuestra pareja.
4. El amor todo lo puede
El amor es amor. Cuando metemos tristeza, miedo o rabia se pierde la verdadera esencia. Justificamos la lucha con que el amor está diseñado para poder con todo. El amor no tiene que escalar montañas para que sea auténtico.
5. Los polos opuestos se atraen
Me puedo vincular a un opuesto por un vacío que siento, por algo que a mí me falta y quiero que la otra persona se ocupe de ello. Me atrae el opuesto por la promesa de que me llenará.
No te olvides, el amor sin romanticismo nos hace libres. Ama porque sí, sin esperar nada a cambio; sin vivir pendientes 'del milagro romántico' que transforme nuestras vidas. Sin ti fui, soy y seré.
Antes de irte, nos gustaría dejarte este artículo sobre el 'gaslighting' o mejor dicho, como nuestra pareja puede hacernos creer algo que en realidad no es así, un tipo de manipulación mental.
0 Comentarios