Si algo tenemos claro es que si no nos permitimos conectar y sentir el dolor que anida emocionalmente en nuestros corazones, nunca lo liberaremos. Solo si lo eliminamos de nuestro organismo, de nuestro día a día, podremos disfrutar completamente del 'aquí y ahora', sin pensar en los contratiempos de la vida, en los problemas, entendiendo los mismos como parte del proceso de cambio y aceptación.
Sentir la fluidez con la que podemos vivir cada momento solo es posible si nos sentimos cómodxs y en paz con nosotrxs mismxs en la actualidad, es decir, con nuestro 'yo' en nuestro 'ahora'.
Esto ocurre cuando nos damos cuentas de dos verdades, y es que "somos exactamente lo que estamos buscando" y que "la mayor felicidad es vivir en el presente, aceptando todo lo que gira en torno a nuestra realidad". De repente nos damos cuenta que nuestro bienestar no depende de absolutamente nada ni nadie externo, salvo de nosotrxs. Entender esto nos permite vivir con la sensación legítima y real de que no nos hace falta nada ni nadie en la vida para estar en paz con nosotrxs mismxs. Es decir, sin la necesidad de tener o necesitar algo más de lo que está sucediendo o ya tienes.
Sintiéndonos felices, comenzamos a fluir también con otrxs aceptando siempre nuestras circunstancias tal cual son. Así, cuando el aburrimiento asoma por nuestra puerta, ya no sentimos la necesidad de hacer algo para huir o escapar.
Digamos que por ejemplo, hemos quedamos con algunos amigos para hacer algún plan en la naturaleza y teniendo todo preparado en el mismo día del plan, se decreta una alerta por un temporal de lluvias y granizo; tenéis que cancelar el plan. Debido a que nos damos cuenta de que no necesitamos ir para ser plenamente felices, nada sucede si el plan se cancela. Simplemente tomamos otra actitud y esperamos poder retomar el plan cuando las circunstancias mejoren. Simplemente fluiremos, adaptando nuestro día a día a lo que está sucediendo a nuestro alrededor. Especialmente debido a ser realmente buenxs y consideradxs con nosotrxs mismxs, sabremos que este bienestar continuará acompañándonos, tanto si vamos a hacer ese plan como si finalmente nos quedamos en casa. La paz vivirá dentro de nosotrxs: lo demás, es complementario.
Aprender a fluir también significa aceptar cada momento exactamente como es: distinto. Es decir, convertir la paz en nuestra realidad actual, dejando de luchar y frustrarnos por los acontecimientos que no depende de nostrxs; solo así, siendo felices con uno mismx, haremos también felices a los demás. Genera tu paz, para repartir paz.
0 Comentarios