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¿Tienes el trabajo de tu vida?

No sería muy loco pensar que absolutamente todos y todas trabajamos para poder vivir, para ganar dinero y conseguir con ello una estabilidad en la vida.



Sin embargo, son muchxs lxs que en su camino por enontrar su "futuro" laboral se ven perdidxs y embaucados a la ''resignación". A veces, por motivos ajenos a ellxs mísmos, como cuando te ves obligado a continuar con el negocio familiar, porque sus familiares por convicciones personales "obligan" a tomar un rumbo determinado o simplemente porque no tienen otra opción; o tomas ese trabajo o no tienes ninguno.

También puede pasar que sea por -mala- elección propia:  el no tener claro cuando eres joven que debes formarte, hacer "los contactos" correctos, dedicar tiempo a la formación y no únicamente al ocio y/o entretnimiento, haberte movido en el "ambiente" incorrecto (amigxs, drogas, fiestas, ...) , no haber tenido claro "que querías ser de mayor" o que simplemente, por los motivos que fuesen y apesar de haberla buscado, no tuvieras la respuesta a ello.

La tercera de las opciones también puede haber sido el equivocarte, acto fiel y completamente humano. El pensar que tu futuro estaba en un sitio, que tenías tu meta completamente clara y con los años, darte cuenta de que no era oro todo lo relucía. Que quizá eso a lo que te dedicas, "no era para ti".

Estas son solo algunas de las opciones que pueden llevarte a sentir una de las emociones más complicadas de 'digerir': la frustración. Sin embargo, si algo deberías tener claro ya a estas alturas, es que la frustración no es un buena compañera de vida de nadie y que lejos de ser mala y mirada desde el enfoque correcto, puede ser muy útil. Aquí estás tú, una vez más frente a un problema que te está afectando a tu día a día, que te enmudece y te hace sentir pequeñx y que como la mayor parte de los problemas de la vida: tiene solución.

Solemos ser muy positivos aquí en 'sininterrogante', sin embargo, no queremos regalarle el oído a nadie: vivimos en un contexto histórico-político-social muy complicado, agravado por las sucesivas crisis y los cambios y exigencias del mundo empresarial. Si, esto es cierto; y da miedo. ¿Pero que sería de la vida sin miedo?

Para nosotrxs sería muy sencillo decirte, "déjalo todo y búscate otra cosa", pero preferiremos planteártelo de otra forma: si no tienes trabajo, ¿en que te gustaría trabajar?. En el caso de que ahora mismo tengas trabajo, pero no te sientas del todo agusto, remontate a tu juventud, ¿que es aquello que siempre quisiste ser? ¿por qué fuiste eso o fuiste otra cosa completamente diferente?. Elabora un listado de aspectos positivos y negativos de tu trabajo actual o de lo que estás estudiando y no te convence, expón a tu cabeza los 'pros' y los 'contras', comparalos, analizalos y en base a eso, toma decisiones. Eso si, tomar decisiones meditadas y estudiadas no es lo mismo que tomar decisiones 'a lo loco'.

Hace unos días, escuchaba a un viejo amigo cocinero de una cadena muy conocida de hoteles donde yo, 'Gante', trabajé hace algunos años. Él no estaba feliz en su puesto de trabajo. Hacía de comer, un placer digno de dios griego. ¿Su especialidad? La comida Tailandesa. Era un señor de unos 50 años, pero ya ves como son las cosas, en el 2005 viajó con su mujer y sus hijos a Tailandia y como buen maestro de los fogones, se enamoró de su gastronomía. Llevaba más de 15 años en esta cadena y sin embargo, vio de la noche a la mañana como "le obligaban" a que su oficio y afición desde que era muy joven se veía extra-limitado a un menú semanal e invariable durante más de una década. A esto se le unió los cambios coyunturales provocados por la crisis del 2008 y un cambio de directiva que lejos de "reilusionarle", nunca lo escuchó y simplemente por "su antiguedad" y con el objetivo de una "baja voluntaria" decidieron cada día hacerle su vida laboral, un poco peor.

Para su sorpresa, en 2017 la cadena cambió de proveedor de fruta y el primer día de recepción de esta empresa, el operario del camión era un señor Tailandés. Nuestro amigx cocinero y el operario hicieron buenas migas al instante. El primero me contó, como reencontrarse con un Tailandés le hizo recordar su cometido y fue así como empezó a remplantearse todo. Sin embargo, se le atraganta el renunciar a su trabajo "de toda la vida", se le juntó la inseguridad que le producía los índices de paro en España, no paraba de pensar en su mujer y sus dos hijas, su ya avanzada edad y pese a todo esto, su cabeza siguió trabajando. Exploró todo tipo de posibilidades y como buen ejemplo de que el destino y la suerte no aparece por si sola, "si no la busca", tenía la respuesta justo delante. La mujer de aquel operario Tailandés tenía un restaurante de comida Tailandesa en la capital, a 2 kilómetros de su casa y  su hijo (que hasta ahora era el jefe de cocina de aquel restaurante, iba a dar un salto al famoso fomato "wok"), quedando una plaza libre. ¿Sabéis para quien? Pueden terminar el desenlace de la historia vosotrxs mismxs.

Él no se sentía a gusto con su trabajo y cuando se dió cuenta de que la frustación invadía su día a día, decidió explorar alternativas y fue así como lo consiguió. Pisando sobre seguro, teniendo claro su objetivo y trabajando para ello. No sentado en el sillón de su casa, sino con la actitud, pasión y profesional de un auténtico luchador.

Ojalá todo esto que te hemos contado te sirva para plantearte nuevos retos, meditar sobre tu trabajo o lo que estás estudiando, teniendo claro que tienes planes b,c y d; que no todo está ya escrito, que nunca es tarde para comenzar nuevos estudios, idiomas o hacer contactos. Siempre con constancia, elegancia y  profesionalidad.

¡Sean felices!

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