Mucho ha llovido desde que las redes sociales se colaran en nuestras vidas para no marcharse jamás. Algunas han desaparecido, otras van evolucionando y durante esta evolución las personas nos vamos acomodando a ellas.
Es así como surgió el fenómeno ‘hater digital’. Al fin y al cabo, los ‘haters’ siempre han estado ahí. Todxs alguna vez en nuestra vida hemos decidido liberar nuestra rabia, ira o desacuerdo desproporcionado contra algo o alguien, es ley de vida; ley de inconsciencia. Antes de la era digital, criticábamos a músicxs, políticxs, a nuestrx vecinx y hasta al ‘canario’ que cantaba cada mañana, a veces como signo de comienzo de un bonito día, otras veces para recordarnos que quizá la noche anterior, no deberíamos haber bebido tanto.
Hoy les hablo como ‘Gante’ y esto que tenéis delante, es pura opinión personal y como tal, espero que sea considerada y respetada. Mis valores siempre me han dictado que el linchamiento gratuito, la ‘hostigación’ porque sí y el tener que hacer juicios de valor sin fundamentos, nunca han sido ni deben ser prioridades en nuestras vidas.
¿Quién soy yo? ¿quién te crees que eres tú?. Vivimos en sociedad y debemos actuar como tal. A lo largo de nuestra vida nos vamos a enfrentar a todo tipo de situaciones y personas, y debemos estar a la altura. Nada ni nadie puede provocar una frustración de tal calibre, que nos impida continuar nuestro día sin un ‘buen hacer’ frenético. Enfadarte, los malos modales y los nervios, nunca han sido buenos amigos de las opiniones. Ten la tuya, pero respeta la de lxs demxs.
¿Que por qué hoy vengo a hablaros de la figura del ‘hater digital’? Tranquilx, ya te lo explico. En los últimos días he visto de cerca en la red el linchamiento gratuito hacía dos personas, las cuales usaré como mero ejemplo. Bueno, corrijo. Llevo mucho tiempo viéndolo. Años. Son personas que nada tienen que ver con la otra, probablemente no sepan de su existencia el uno de la otra, pero están padeciendo lo mismx.
Son famosos: Muy famosos. Tienen mucho dinero. Y ambos, han hecho muchas cosas mal. Pero también muchas cosas bien. Se trata del presentador de televisión Español “Pablo Motos” y la cantante australiana “Sia Fuhler”. Y les expongo sus casos:
Pablo Motos.
Sia Furler
La artista australiana que ha puesto voz a la banda sonora de nuestras vidas, sin mostrar su rostro. Titanium, Chandelier, Cheap Thrills, She Wolf, Diamonds, y un listado abrumantemente de números uno, con letras en inglés que pueden sacarte la mayor de las sonrisas o hundirte en un mar de lágrimas. Una de las voces más características y poderosas de la historia y lo más importante: con un corazón que no le cabe en el pecho. Colabora con diversas asociaciones para la protección animal, ha hecho numerosos donativos y campañas de concienciación social, con causas benéficas y permítanme que lo diga otra vez, mucho corazón. Un ejemplo de uso de la fama para el bienestar social. Para hacer del mundo un lugar un poco mejor, ayudada de la fama e influencia. Sia decidió hace aproximadamente 6 años, dar un paso más allá y comenzó a trabajar en una película, que tiene como título “Music”. Se estrena a nivel mundial este próximo 12 de Febrero y como su nombre indica, usa la música para tratar un tema de tanta importancia como es el autismo. La cantante, que superó en su pasado diversas enfermedades graves, depresión, abusos, alcoholismo, drogadicción y en fin... de todo, se enfrenta a causa de la fama, a un problema más. Un problema que no se merece. La propia fama. Lleva años siendo criticada por absolutamente todo lo que hace. En sus videoclips y tours siempre la acompaña su “mimada” y joven bailarina “Maddie”, por la que fue acusada de casi “explotación” y “exposición” infantil, sus representaciones artísticas suelen ser objeto de continuas burlas y malinterpretaciones y ahora con la llegada de “Music” (su película), es criticada de “reírse” del autismo. Y sí, la película aún no ha sido estrenada. En base a un tráiler. La propia cantante ha expresado por twitter que se siente devastada, tocada y hundida. No entiende que la gente critique, insulte y amenace una pieza artística, sin tan siquiera haberla visto. “Music” llegará a las salas de cine, para una vez más callar bocas, para llenarnos de optimismo, alegria, y con un mensaje de “ayuda” claro. Gracias Sia y mucho ánimo.
Los ‘haters digitales’.
Aquel niño que cuando eras pequeñx te hacía bullyng, ha crecido, le han puesto un aparato tecnológico en sus manos conectado a internet y ahora se refugia “en un perfil” ficticio para hacer sentir mal a otrxs humanxs en base a su opinión y única verdad absoluta, a base de palabras que constituyen críticas desmesuradas, insultos, agresiones verbales o amenazas. Todo, constituido como delitos graves en nuestro código penal, y también por qué no, en el que debería ser el código moral de todxs nosotrxs. Entendemos que Pablo o Sia, pueden ser personas que hayan hecho cosas mal, regular, o simplemente “no te gusten” o “te caigan mal”, pero son PERSONAS. Famosas, expuestas a la presión mediática, pero ante todo, PERSONAS. La cobardía, la ira y el enfrentamiento desvaloriza cada una de las opiniones que a diario leemos en internet o escuchamos en la calle. De la violencia ya ni hablamos. Las redes sociales han hecho crecer el ego de estas personas, que han pasado de ser ‘un/a ciudadanx más’, a personas con mucha voz y ‘voto’, siendo el medio, el campo de batalla y las palabras, las balas. Si Pablo Motos no te gusta, no veas “El Hormiguero”. Si no te gusta el trabajo de Sia, no la escuches. Si no te cae bien tu vecina, no establezcas una amistad con ella. No estás obligadx a nada. Y si quieres dar tu opinión, la puedes dar, pero siempre bajo el respeto, la coherencia y los buenos modales. Si tenéis la razón, que vuestras formas no os la quite. Respetar y ser respetadx. De eso se trata. Vivimos en sociedad y hasta que puedas permitirte ir a vivir a una isla desierta tu solx o con quien elijas para poder decir si quieres, cualquier cosa que se te pase por la cabeza, deberás medir tus actitudes. La ‘violencia’ y la ‘rabia’ te convierte en una persona con muy poca autoestima, vacía, intolerable y lo peor de todo: solitaria.
¡Feliz día!
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