Tal y como te hemos explicado muchas veces anteriormente, la ansiedad no deja de ser una 'emoción' más aunque cueste creerlo. Explicar qué es la ansiedad y cómo se produce de manera cierta y usando palabras que todos podáis entender nos resulta muy complicado, así que nos limitaremos a decir que es una emoción que produce la mente en respuesta a una posible amenaza.
Se puede reaccionar de muchas maneras, a menudo con un sentimiento de tener que luchar contra ella, de paralización e inmovilidad ante la misma o intentar huir de la misma. Una de las técnicas básicas para controlar la ansiedad es relativizar aquello a lo que le damos el valor de 'amenaza'.
Así, la ansiedad ha llegado a nosotros mediante el desarrollo y la evolución, pues no es más que una emoción que históricamente reaccionaba ante peligros reales, el tener que ponernos a salvo, huir, el temor a perder la vida o algo en concreto, entre otras muchas cuestiones meramente evolutivas. Es por eso que nuestra cabeza cuando 'malinterpreta algo' y 'le da más importancia' a algo de la que tiene, o las mismas situaciones infieren directamente en sus vidas pareciendo que 'no se tiene el control sobre las mismas' y 'que no hay otro camino', el cuerpo reacciona liberando adrenalina, se nos acelera el pulso, la tez se nos vuele pálida, se nos cierra el estómago o nos falta el aire. Esta emoción es normal, incluso diríamos que es buena, sin embargo con los años le hemos dado un valor que no se merece y es que sentimos ansiedad ante simples situaciones incómodas, que generan incertidumbre y que requieren otro tipo de soluciones que desde luego están lejos del sentirse 'alterado'.
Sería caer en clichés si nunca has 'padecido' ansiedad, pensar que la ansiedad es simplemente una sensación de opresión en el pecho o de ahogo. Va mucho más allá que eso y depende bastante de la persona y el contexto. Es por ello que empatizar con una persona ansiosa para poder entender ciertas reacciones se vuelve estrictamente necesario. A menudo las personas ansiosas:
- Sienten que pueden perder el control y/o hacer el ridículo en cualquier momento.
- Se sobre estimulan en sitios abarrotados.
- Cancelan sus compromisos en el último minuto.
- Necesitan aprobación y seguridad continua todo el tiempo.
- Son hipersensibles a los ruidos.
- Creen que van a perder la cordura o que les va a dar un infarto continuamente.
Esto son solo 6 ejemplos de descripciones 100% reales y comunes entre personas ansiosas con sus especialistas y que quizá, ni te hayan contado nunca, pero como te hemos dicho varias veces ya, va mucho más que todo esto que te hemos expuesto.
Como allegadxs a estas personas debemos entender que la persona no está sufriendo ansiedad a posta, pues se trata de un emoción, una respuesta automática del cerebro ante un estímulo, así que jamás debemos juzgar a la persona o hacerlx sentir mal por ello, pues no es su decisión. Tampoco debemos alterarnos nosotrxs, por muy mal que veas a la persona, no se va a morir. Tenemos que entender que todo lo que está sufriendo, sintiendo y expresando es irreal, así que no debemos 'participar' en esa irrealidad. Lo más adecuado será, aunque parezca grosero 'actuar como si no pasara nada'.
No debemos ignorar a esta persona, pero tampoco agobiarlxs. Debemos intentar hace que esta persona vuelva a su cauce, que vea la realidad tal cuál es, "sin que se note", de una forma tranquila, practicando la escucha proactiva y donde la comunicación se vuelve en un factor clave.
A nuestrx allegadx debemos hacerle entender de forma discreta, con tiempo y paciencia, que tienen recursos para afrontar esos problemas. A menudo, ni la propia persona que está viviendo la ansiedad es consiente de sus problemas, así que ayudarlx a encontrarlos mediante la comunicación siempre suma. Además esta persona puede haber olvidado que todo tienen solución, así que invítale a reflexionarlo. Estas personas suelen fantasear con 'lo peor que puede pasar' todo el rato, anticipándose así a todo. Hazle saber que por suerte, aún ningún humano es capaz de leer el futuro y que debe valorar no únicamente las peores opciones, sino también las buenas y las regulares.
Es por este afán anticipatorio que a menudo las personas ansiosas suelen perder mucho tiempo prestándole atención a cosas no controlan o se centran en aspectos poco útiles de su pensamiento. Además, como si de una cadena se tratase, a su vez esto provoca que vivan constantemente con miedos, y vivir con miedos es vivir sin riesgo, y sin riesgo no hay adrenalina de la buena. Deben aprender a utilizar el humor y la alegría para gestionar los momentos complicados, reírse de si mismxs, de las situaciones que les provoca la vida, en vez de lamentarse continuamente por un problema que muchas veces no existe o que existe pero que directamente prefieren (o solo pueden) mantenerse inmóviles. Ten en cuenta también, que a menudo estas personas suelen pasarse el día concentrados en las soluciones, dándole vueltas, matices, y planes b,c,d y e, continuamente, lo que provoca que no piensen ni en la 'catástrofe en si', sino que sus mentes 'voladoras' están ya directamente en las posibles soluciones.
Unas de las técnicas que mejor funcionan, no dicho por nosotrxs, sino por las propias personas ansiosas es la realización de técnicas que ayuden a gestionar emociones, tales como la meditación, el yoga o técnicas de respiración. Poco a poco y a medida que estas personas van 'encauzando' sus vidas, descubren que no viven únicamente en un mundo amenazante o peligroso, sino que lo normal es sentirse bien, donde encontrarán personas en las que pueden confiar y que les pueden ayudar y sobre todo lo más importante, que todo eso malo ha sido algo 'transitorio', que como toda emoción, tuvo su final y que si vuelve, les será más fácil "agarrar el toro por los cuernos".
¡Feliz vida!
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